21.5.13

DESTIERRO CRUEL.


Muchas veces, en el trayecto Málaga - Granada había un momento en el que algo, no sabía qué, me llamaba la atención. Visión periférica, falta de atención, interés desvaído... ¡a saber!
Y un año tras otro sabía que se me escapaba algo, sin poder precisar qué exactamente.
A ver, tampoco es que me quitase el sueño, pero ¿qué era?
Por fin hace unos meses, en una mirada, fortuita pero justos en el sitio, dirección y momento adecuados, se me reveló el motivo de esa especie de leve inquietud. Una "disonancia" establecía un destierro del lenguaje fuera de excavaciones, movimientos de tierra y destierres en la pared de una nave, casi abandonada al lado de la carretera, con la pintura del rótulo ajada por el sol.
Curioso: La empresa de los hermanos X realizaba excavaciones y ¿por qué no? destierros.
Dejo al proceso deductivo del lector (si es que hay alguno, cosa que dudo... emmm... me refiero a que haya algún lector, no al proceso deductivo) la labor de encontrar qué es lo que, en grandes letras azules, me chirriaba, sin yo saberlo, cada vez que pasaba por la zona sin percibirlo claramente.
De cualquier modo, la fotografía no deja de tener su gracia.

11.5.13

¿CONTRA... QUÉ?


Según la Nueva Gramática de la Lengua Española (2009), las preposiciones “son palabras invariables y por lo general átonas que se caracterizan por introducir un complemento que en la tradición gramatical hispánica se denomina TÉRMINO”.
Y añade que “la preposición y su término forman en conjunto un GRUPO PREPOSICIONAL o PREPOSITIVO”.
En el titular anterior, pues, se identifica claramente el grupo preposicional [CONTRA LA RETIRADA DE LA LOMCE], compuesto por la preposición "CONTRA" y el término "LA RETIRADA DE LA LOMCE".
En la misma Gramática ya citada (29.7j; página 2262) leo que “el valor fundamental de la preposición "contra" es el de oposición… concepto que posee numerosas variantes. Se usa esta preposición para introducir sustantivos que designan la persona o la cosa a la que se enfrenta alguien o aquello a lo que se opone..."

Y ya estamos donde yo quería:

Claramente, por la función definida un poco más arriba para la preposición "contra", el significado exacto del titular es el de que la comunidad educativa SE OPONE a la retirada de la LOMCE…. Ehmm, estooo, un momento. .. ¿No era en realidad que la huelga se convocaba EN CONTRA de la LOMCE, o sea, PARA que el Gobierno retirara la ley?
¡Pues vaya!
La mala utilización de una preposición ha dado un giro totalmente contrario al titular. Igual al redactor sí le hubiera hecho falta un poco más de rigor por parte de sus profesores en las diversas etapas educativas por las que induablemente debe haber pasado… digo yo.
Exageraciones y truculencias aparte, posiblemente la LOMCE no sea una solución. Pero por lo que continuamente veo en los medios de comunicación, tampoco LGE, LODE, LOGSE, LOCE, LOE, LEA y otras tenían mucho de perfectas.

29.4.13

TRANCADOS.


Comprendo que el maltrato al que se somete a los animales por parte de los que nos creemos "seres superiores" no es más que un signo más de que bastantes veces no llegamos ni al calificativo de "seres".
Pero además, si al leer la noticia me topo con palabras mal utilizadas y pifias, pues ya como que no puedo callarme. Será esa famosa mosca que hace de mí un ser desagradable, pero ¿qué le voy a hacer?
Por eso me llama infinitamente la atención que los animales queden "atrancados" con todo lo mal que pueda sonar. Total, si es muy lógic0, ¡cuánta razón porta el redactor!. Si se usa una TRANCA, pues ATRANCADOS (aunque suene a que estén taponando cualquier curso de un fluido en ignota tubería más o menos escondida). Pero por si el redactor lo ignora, existe tanto TRANCA (no sólo en lo rural) como TRANCAR, verbo. ATRANCAR y TRANCAR podrían ser sinónimas, pero como decía Silvio, "...que no es lo mismo pero es igual". O sea, para entendernos, que incluso en la redacción hay palabras más o menos acertadas. Yo hubiera utilizado "trancados", y aún a las malas, TRA-BA-DOS, que al fin y al cabo, la TRANCA es una TRABA para impedir el movimiento. 
Como no queda totalmente satisfecho, el autor de la nota añade un sublime "encautadas" para redondear un poco más la sensación de bien hacer.
Y cada vez me doy más cuenta de que la R.A.E. ha hecho muy bien con su "nueva gramática" (aún faltándole aquello que Forges añadía en aquellos manuales de informática simple que publicó hace unos años, medio en serio medio en broma, de... "para torpes"); porque eliminando posibilidades se eliminan errores. Y si hay menos errores, se puede inferir que el nivel cultural se eleva. Y todo, sin el mínimo esfuerzo por parte del "parlante": simplemente eliminando unas tildes, alguna que otra palabreja y editándolo todo en un libraco. 
(¡Ah!, y escribiendo fundamentalmente en un PC con un procesador de textos que tenga activada la autocorrección).

28.4.13

SOBRE EL CURRÍCULO.

Cada día, las empresas reciben currículos de candidatos a determinados puestos de trabajo (o los exigen).
A diario, los aspirantes a tales puestos añaden, amplían y/o modifican sus currículos en función de lo que cada empesa exige a la hora de contratar a alguien (si contratan).
Y casi diariamente uno se topa, en los medios escritos y en los audiovisuales, con auténticos juegos malabares del personal para evitar la palabra "CURRÍCULO" porque parece que les suene mal, obsceno, vulgar o vete a saber.
Por eso utilizan la acepción latina "CURRICULUM"... el problema surge cuando hay que usar el prlural. Así es fácil desembocar en "CURRICULUMS" con un extraordinario dominio del idioma (alguien alguna vez dijo al redactor, o al orador, en la escuela, que el plurar se construía añadiendo ua "s" al singular) y una excelente patada a la gramática.
La R.A.E. acepta el singular "currículum". Y añade en sus normas que el plural no será el consiguiente latino (currícula) sino "CURRÍCULOS".
Aunque acabe en culo.
(Y me da por pensar si la caída en desuso de "ósculo" no habrá sido por la misma modosa y pacata consideración)

(EUROPA SUR. VIERNES 26 DE ABRIL DE 2013)

14.8.11

¿DELINCUENTES?



Hasta ahora había creído que el Benemérito Cuerpo estaba para evitar las infracciones o, una vez cometidas, sancionarlas.
Que cometía las infracciones se salía de mi conocimiento.
Pero no contaba yo con los Sherlock Holmes del periodismo. Parece increíble que aún no se les haya metido en la cabeza a los redactores de titulares que no es lo mismo tener una mancha en la camisa que una camisa en la Mancha.
Las escuelas de Periodismo son fabulosas. Sobre todo porque me da la impresión que siguen la máxima de hace 40 años en otros países: “La noticia es la noticia, y aunque sea mentira, hay que darle bombo. Eso vende”.
A ver; no lo dicen así, desde luego, pero algo de eso debe haber.
Les falta a esas escuelas, eso sí, ser verdaderas Escuelas, ya que al parecer el paso de sus pupilos por la Escuela Tradicional parece haber dejado, a menudo, poca huella.
Y así pasa lo que pasa.
Utilizan verbos inadecuados en frases penosamente construidas (igual con mucho trabajo) para llegar a un resultado bochornoso.
Creo que les hace falta una lectura/conocimiento en profundidad de ortografía, gramática y sintaxis. Igual así no metían tan a menudo la pata.
Porque, si he de ser consecuente con lo que en general pensamos, (“si lo dice el periódico, será verdad”), imagino que mis células grises, ya en decrecimiento, llegarían a ser casi inexistentes. Porque imaginar que lo que un periódico expone es cierto sería la más solemne de las estupideces.
Bueno, centrándome en los titulares, y según el redactor, pues la Guardia Civil de los Caños de la Meca (Cádiz) está desbocada realizando / cometiendo infracciones. Igual es que tienen patente de corso… o igual es que el redactor no sabe realizar construcciones sintácticas adecuadas ni utilizar los componentes correctos para que exista una comunicación real y exacta con el lector. Me temo que es más bien lo segundo.

18.6.11

LIBRERÍAS





A veces es difícil encontrar un libro en la librería. Tienes que agachar la cabeza y buscar al docto/a empleado/a que, filosofando sobre una base de datos del ordenador, no deja de mirarnos con cara de "Qué torpe el tío. Con lo fácil que es encontrar un libro".


Y eso pensaba yo... hasta que te topas con un sistema de clasificación - por supuesto, al margen de la CDU - que descoloca tu mundo y que parece haber sido ideado por la mente más cínica y malvada del Universo, o sea, una especie de héroe Marvell, pero con humor.


Todo el que a uno le falta cuando, al cabo de una hora buscando entre estanterías, logra asimilar que... "sí señor - me informó el dependiente con condescendencia -, el libro que busca sobre los caníbales de las islas del Pacífico puede encontrarlo en la sección de gastronomía".



(Igual el tema de tratamientos médicos de la piel lo encontramos en conservación de la Naturaleza, claro).

12.12.10

NUEVAS PAREJAS MITOLÓGICAS.








¡Agua va! ¡Y tanto!
¡A cántaros, añadiría yo!
Y es que no hay nada como el refugio de los mitos para crear algunos nuevos.
Porque por más que he buscado en la Enciclopedia de Mitología, en la Biblia, en libros escolares de los años 40… pues eso, que no encuentro ese malvado mito de Sansón y Goliat.
Hay cientos de parejas mitológicas/históricas/literarias… me suenan Dafne y Cloe, Tristán e Isolda, … Sansón, como que con Dalila. Y David como que con Goliat… aunque si estoy equivocado, ruego me corrijan.
Esta nueva pareja mitológica parece que es creada por confusión de ideas (¡harto estoy yo de decir que eso de la lluvia de ideas confunde las mentes), campanazos lejanos o puro y simple analfabetismo oculto entre almohadones rellenos de bellas y doctas palabras.
¡Amos a ver!
Si no me equivoco, Sansón tenía su fuerza en el pelo, Dalila lo traicionó, se lo cortó y pereció atado a unas columnas, en un banquete de sus enemigos cuando, al crecerle el cabello (¡qué torpes sus abúlicos carceleros, que con unas tijeras y un golpe de vista hubieran solucionado el problema) tiró las columnas y, con ellas, toda la techumbre del edificio, llevándose por delante a los malvados filisteos y ocupando un puesto de honor entre los Jueces israelitas.
Y Goliat, otro tanto. Por filisteo también, y por recalcitrante al retar a combate a los israelitas durante 40 días (por cierto, ¿qué tendrán el 40 y el 7 en la cultura hebraica para que sean tan repetitivos?) provocó que David, el pastorcillo, lo noquease de una pedrada de honda para, acto seguido, entregarse a la noble tarea de separar su cabeza del cuerpo que la sostenía.
Para mí que el columnista ha trabucado a Sansón con David. Lógico. ¡Tantos conocimientos en un cerebro ocasionan a veces estas desagradables confusiones!
Se lo perdonaremos por esta vez… pero que no sirva de precedente. Hay que ordenar los conceptos, depurarlos, pulirlos y luego, sólo entonces, verterlos en las páginas de un diario de tirada nacional… supongo.


17.10.10

(H) ERRADO.


Tragó saliva.
¡Su primer trabajo como columnista de diario!
Tenía muy presentes las palabras del redactor-jefe: "¡Ánimo, Curro! A por ellos. Y no la cagues".
¡Le demostraría a aquel cretino su valía!
"Veamos... Un titular. Veintiséis palabras. ¡Imposible equivocarme", pensó Curro.
Mientras se relamía de gusto, sus ojos tropezaron con dos de ellas; "... se equivocan..."
"Ummm - continuó -, muy común. Hay que buscar un palabro más culto, más directo..."
Asió el Diccionario de Sinónimos.
No lo había usado nunca, y eso que lo había comprado cuando inició la carrera de Periodismo. La verdad es que las clases de Gramática, Composición y Redacción se las había saltado a la torera. No le gustaban. Eran una pesadez y, además, él ya conocía todo lo que podían enseñarle en esa disciplina. ¡Como para perder el tiempo con ellas!
"A ver, a ver - sus ojos corrían huidizos sobre las dos columnas de las páginas hasta que frenaron en seco sobre... - equivocación, equivocarse, ¡aquí! SIN: Errar... ¡Eso es. Ese palabro está bien!".
Cerró el volumen satisfecho de sí mismo.
Conjugó de memoria: "Yo erro, tu erras, el erra, nosotros erramos, vosotros erráis, ellos... ¡claro", ellos erran".
Perfecto. ¡ No era el nadie! ¡Acabado! A composición y... a cobrar.
Ya se veía, treinta años después, recibiendo el Cervantes; o mejor, el Nóbel.
Y recreándose en su futuro se irguió en su silla, observó por la ventana las copas de los árboles que "se ierguen" (de chaqueta, en francés, chaqueté) al fondo de la calle, se miró sus botas, (h)erradas y recién lustradas y, cual solípedo retozón, salió a tomarse un cubata con los amigos.
Y es que Curro quizá faltó a la escuela el día que se estudiaron los verbos irregulares... lo que no quita que, mientras cerraba la puerta de su apartamento, orgulloso, se dijese. "Y además he ahorrado una palabra de más. Veinticinco en lugar de veintiséis".

13.4.10

En todos sitios cuecen habas.

Antiguamente existía, en editoriales y prensa escrita, el oficio de corrector. Éste dedicábase a buscar toda falta ortográfica y/o sintáctica para evitar, en lo posible, que viera la luz. A ellos confiaban muchos escritores la buena ortografía de sus libros y cuando aparecía alguna errata, siempre se achacaba a los "duendes de la imprenta", que al parecer estaban por encima de los correctores.
Actualmente dicho oficio casi ha desaparecido.
Muchos escritores y redactores confían más en los correctores ortográficos de sus procesadores de texto que en la vista y el criterio de aquellos maestros antiguos. Como consecuencia, y en proporción directa, aumentan los errores, erratas y faltas de los nuevos (o no tan nuevos) escritores, autosuficientes y defensores a ultranza de las nuevas tecnologías. Y es que las prisas, la confianza y la creencia de que un PC es infalible, pueden ser malas compañeras de viaje.

Hay una obra, "de la más rabiosa actualidad" nacida hace pocos meses y que, puedo asegurarles, no muerde. Se trata de la "Nueva Gramática de la lengua española", en dos tomos de unas 2.000 pp c/u, que puede ser una maravilla y que deberían consultar de vez en cuando los egregios citados anteriormente.

Bueno, pues en su tomo I, capítulo 14.2h ("Formas del artículo determinado (I) Distribución de variantes") pg. 1033, vienen a explicarlo diáfanamente. Recomiendo de nuevo su consulta y aclaro que tanto el color de las hojas, blanco crema, como su suave tacto entre los dedos ya son de por sí un placer. Pruébenlo, en serio.

En resumidas se viene a decir algo que ya sabíamos pero con palabras más doctas: que cuando un sustantivo comienza por /a/ tónica (en este caso, también con la h muda), si es femenino, la antigua forma bisilábica femenina /ela/ se funde con la /a/ inicial del sustantivo resultando "el águila", "el agua"... Así, con razones morfofonológicas, se evita la cacofonía.

No obstante, cuando entre el artículo y el sustantivo se intercala un adjetivo, el primero vuelve a recuperar su género habitual.

Los ejemplos a continuación ilustrar los dos errores más comunes.

¡Ah!, se me olvidaba. Si bien un diario es de tirada comarcal (el segundo), el primero es de tirada nacional y muy conocido. Y es que en todos sitios cuecen habas.










28.10.09

DESEMBOCANDO EN EL ERROR.



Ya dije antes que la Prensa suministraba la mejor y mayor antología de errores, gazapos y meteduras de pata en esto del Lenguaje.


Guardo lo que, por azar, me choca a la vista cuando ojeo (y hojeo) la prensa local (fines de semana, Prensa nacional).


Y he de reconocer que son un primor. Todas.

Esta nota de prensa la he encontrado, por azar, entre el desbarajuste de anotaciones, recortes, páginas y editoriales que duermen el sueño de los justos entre el polvo porque "siempre hay algo más importante que hacer".

Bueno, pues hoy era lo más importante poner orden en ese batiburrillo de celulosa y me he topado con ella.

El desafío, si es que procediera, sería el de encontrar una falta ortográfica entre esas veintidós líneas... pero salta a la vista.

Por esa razón me pregunto: Si salta a la vista, ¿cómo es que no le ha saltado lo mismo al corrector de galeradas del diario antes de mandarlo a la prensa, casi, casi, hasta el punto de dejarlo tuerto?

Supongo que debe ser la LOGSE, las prisas o el analfabetismo funcional... pero ahí está.

Y además, posiblemente, archivada para la memoria durante años en la hemeroteca del diario en cuestión.

¡País...!

16.4.09

¡CABREAROS, ...!

Nunca me sorprende encontrar errores en publicaciones destinadas al “consumo general”.
Pero cuando tropiezo con un gazapo en una revista educativa, en un editorial escrito por alguien con formación académica, me choca bastante.
A ver, que no es que alguien esté libre de pecado, no. Todos tenemos vicios y cometemos errores, pues personas "semos". Pero me llama la atención, ya digo.

En este caso, el autor comete un error muy generalizado; confundir un imperativo seguido de “os” como si de un vulgar infinitivo se tratase.
A poco que escuchemos en la calle, en el bar, en el transporte… en el aula, no es difícil oír frases del tipo “comer rápido, que tenemos que…”, “pasar un folio a vuestros compañeros…”, “seguir leyendo por donde nos quedamos…”.
Y es que es algo tan difundido que a veces solemos verlo como lo más natural del mundo.

Pues no; el imperativo existe para ser usado, no para ser sustituido.
Y aquí (y en Roma), la forma “vosotros” del imperativo, seguida de “os” pierde la “de” final (no la “r”, que nunca la llevó ese tiempo verbal) para enlazar con la “os”.
O sea, de “marchad” (no marchar, claro), se desemboca en marchaos. De hablad (no “hablar”) provendría “hablaos”.
Sólo hay una excepción: de “id” (no “ir”) se deriva “idos”, no “íos”.

Por cierto, que en el recorte hay otra falta ortográfica muy común. Un pronombre – o adjetivo – interrogativo precedido de la preposición “por”. Búscalo, tú que lees estas letras. Si la encuentras, ¡premio! Si no, mala suerte.
E interioriza que no es lo mismo pregunta que responder.

3.12.08

¡LOS LIBROS DE TEXTO NO SE EQUIVOCAN!



Hay muchos maestros, y de muchas clases.
Los más, buscando economizar medios (y al amparo de una Gratuidad de Libros que, para mí, es una de esas “justicias injustas”) eligen los libros de una editorial y trabajan fundamentalmente sobre ellos. Confían con candor en que los “sabios” de dicha editorial hayan expurgado y desterrado de las páginas de esos textos, creados con tanto cariño (que nadie vea cinismo en mis palabras; el aspecto comercial del tinglado podría tratarlo en otra ocasión, puesto que aquí no viene a cuento) por un grupo de trabajo.
Algunos, incluso, llegan a hacer de éstos la Biblia a la que se ciñen y de la que vierten todos sus conocimientos.
Pero, ¿qué pasa cuando te encuentras con ejemplos como estos? Cierto es que a muchos de mis compañeros les pasan totalmente desapercibidos, y con desparpajo machadiano “repiten la monótona lección”.
Y como trabajo en esto, y puesto que estoy hasta las narices de encontrar fallos en unos libros de los que cada editorial saca suficiente provecho como para esmerarse un poquito más, me daré “cumplida venganza” por una vez y sin que sirva de precedente.
Ejemplo primero:
La estrofa de cuarto versos.
- Cuarteto
- Redondilla
- Copla.



Estooo… ¿y qué se ha hecho de la cuarteta y del serventesio?
No, no, eso serían muchos datos para una mente infantil.
Me parece estupendo, pobrecitos infantes. Pero ¿por qué la información a medias? Es como si doy a estudiar la monarquía española y considero que para mantener sanas las preciadas mentes infantiles que tanto hay que cuidar, mejor sólo los Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II… y me salto el resto para acabar en Alfonso XII y XIII.
Mejor recitar cinco bien que no saberlos todos mal ¿no?
¿No sería aún mejor, puestos ya, pasar de esa lista y que la busquen cuando sean mayores en Google si alguna puñetera vez lo necesitan para vete a saber que oscuros interés? Ahorraríamos tiempo.

Ejemplo segundo:
El alfabeto.

Me como la –ch- y la –ll- y con franco desparpajo recorto el alfabeto hasta dejarlo en 27 letras.
Pues no, doctos señores que hacen libros de texto.
El alfabeto ha tenido, y sigue teniendo, VEINTINUEVE de esas letritas. Lo que pasa es que, para acomodarse a la clasificación de otros países, en 1994 (creo, año arriba, año abajo) se decidió que pese a seguir constando nuestro alfabeto de 29 símbolos, dos de ellos, con sonido propio, se incluirían en los diccionarios en la –c- y en la –l- respectivamente. Pero haberlas, como las meigas, hailas. O sea 29, que no 27.
Y el cándido maestro cae en la trampa y como lo dice el libro, tal cual lo transmite.
Porque es verdad que en el diccionario sólo hay 27 apartados y si en el libro así lo dice, así es, que no es nadie quien para desacreditar o llevar la contra a la Biblia en forma de libro.

Y no nos perdamos en la maravillosa actividad interdisciplinar y globalizada que se propone.

¿Cuando en nuestra puñetera vida vamos a encontrar algo así, tan ininteligible e indescifrable?

- "Pero maestro... si yo me voy a encontrar las mayúsculas siempre al empezar a escribir y después de punto, ¿para qué tengo que liarme en esa cosa?"
- "Tu calla, niño. Y ahora, por listillo, me vas a leer esas dos líneas en voz alta. Venga".

Lástima de enseñanza. ¡Ay de los vencidos! (¿Dónde he oído yo esto antes?)

12.11.08

QUIÉN, CÓMO, CUÁNDO...

Mira tú por dónde, que a veces sueño con que abro un periódico y no encuentro ningún error.
Cuando me despierto, como soy tan crédulo que creo en los sueños premonitorios,corro a la papelería, alegre, confiado, lleno de esperanza y me compro el diario local, un poco para cotillear un rato con las tonterías que pasan por aquí y otro para comprobar si puedo hacer caso a lo que auguran mis sueños.

Pero nada, ¡adiós esperanza! Desde ahora juro que no rezaré para soñar con la vecina del 5º, ni con ningún ser animado que pudiera ser susceptible de hacerme feliz. Los sueños son sólo sueños.

No satisfecho, busco al culpable de destrozar mis sueños y lo encuentro. Es el PP al provocar que en el periódico aparezca la noticia que inserto… o el gremio de forenses, que es más accesible que el partido de la oposición. Pienso en una demanda.

Porque, ¿cómo consentir que en una ciudad con ciento y pico mil habitantes no pueda haber “NADIE QUIEN” haga las autopsias? Puede que, sin embargo, sí haya cirujanos que sepan hacer un arreglo cerebral adecuado, ya que la LOGSE fue incapaz de ello en su momento.

Desde luego, si yo fuera director de un diario, aunque sólo fuese de categoría local / comarcal, a todo el que hubiera de emplear en él le haría como primera prueba, y selectiva por supuesto, un dictado (incluso al encargado de empaquetar los diarios, que nunca se sabe si en momentos de necesidad tendría que sustituir a algún redactor. Por si las moscas).
El dictado estaría llenito de trampas al estilo de las películas de aventuras. Fechas, nombres, hecho y echo, ojear y hojear, por qué y porque, donde – dónde, tu – tú, quien – quién, vaca – baca… y así un buen rato.
De segundo plato, una redacción.
Ummm, por ejemplo… tema: “Mi mamá me mima”, o “Me comí una sopa de letras”.
Y luego, bueno… todo lo que fuera menester, ya en el campo propio de la Prensa.

Así, con algunos avispados, cuando se hallasen en la duda entre escribir “no habrá nadie que las haga” o “no habrá quien las haga”, tendría la seguridad de que no tirarían por el camino de en medio y no cogerían precisamente la peor, la más incorrecta, como pasa en este caso: ”NO HABRÁ NADIE QUIEN LAS HAGA”. Así, ¡hala! En plan más chulo que un ocho, triunfante, sin complejos… y en pleno titular.

Y es que yo siempre me meto con la LOGSE (me encanta como tema recurrente).
Pobrecitos: seguramente se les realizó una adaptación curricular, primero no significativa, luego sí, y no debieron salir muy triunfantes de ella… supongo que porque mientras corregían sus dictados en el cole estarían pensando en la pausa regeneradora a disfrutar en el espacio lúdico, recogida en el horario escolar docente para ser aplicado a los discentes del Centro Cultural donde realizaban aprendizajes significativos en ámbitos competenciales que les servirían para insertarse sin problemas en la sociedad del futuro… y así les ha ido.

17.9.08

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES...



Hermosa construcción que evoca, en cualquiera, tiempos de represión, de silencio forzado, de dictaduras más o menos cercanas…
Personalmente opino (libertad de expresión, desde ahora L.E.) que la L.E. no ha existido nunca. Ni siquiera ahora. Intereses económicos, sociales, culturales o de cualquier otro tipo abocan al que escribe a ceñirse a unas normas (escritas, contractuales, “de boquilla”, de “tú ya me entiendes”), que hacen de la L.E. una utopía.
Pero la L.E. no está reñida con la gramática ni con el buen gusto.
Sucede, sin embargo, que los periódicos, con sus chascarrillos, anécdotas y meteduras de pata son una fuente inagotable de ejemplos en los que la gramática brilla por su ausencia. No es eso todo lo malo. Si sólo brillara por esa razón sería aún mejor que el ser destacables por sus errores. Fallos que demuestran que, muchas veces, hay una falta de formación en los equipos de redacción que dan ganas de llorar. Y es que aunque los correctores de textos de los programas informáticos son útiles, no son, sin embargo, la única medicina para el hueco cultural. Para eso existe lo que se llama leer mucho, los diccionarios (etimológicos sobre todo, puesto que si sabemos de dónde procede una palabra estaremos en condiciones de aplicarla en su más exacto sentido en el momento en que se precise) y cuantas obras, ensayos,novelas... sean necesarias para ello.
Y es que las generaciones LOGSE están ya en la calle, en el mercado laboral, en el paro, en el subempleo, en las redacciones de los periódicos, en las escuelas como maestros... ¡ufff, qué agobio!
En esta noticia, extraída de un diario local, podemos admirarnos de la fabulosa ERECCIÓN de un monumento. Y es que a mí se me llenaría la boca de risa si dijese en mi lugar de trabajo “Vamos a proceder a la erección de …” en lugar de “Vamos a proceder a erigir…”
Y es que los tiempos cambian. Y lo que antes podía ser procedente ahora quizás no lo sea puesto que puede haberse limitado su uso a ciertas acciones, eliminándose su uso de otras.
Así, antiguamente “erección” era simplemente la acción de levantar. Pero cuando entra el factor fisiología, pues… (“acción por la cual ciertas partes blandas se ponen rígidas, y así decimos: la ERECCIÓN del miembro viril”)… pues como que no pega.
Etimológicamente ERECCIÓN, en femenino procede del latín “erectio”, forma sustantiva abstracta de “erectus”.
Su alternativa, más afortunada en ciertos casos, ERIGIR, es un verbo activo “fundar, instituir o levantar; como ERIGIR un templo, una estatua, etc.”. Etimológicamente del latín “erigere” de “e” por “ex”, fuera, y “regere” regir. Carlos III erigió la puerta de Alcalá y fundó o instituyó o estableció las colonias de Sierra Morena.
(Toda esta explicación la obtengo del “Diccionario General Etimológico” de R. Barcía. Seix (editor). Barcelona. Tomo II). Yo lo tengo en casa, pero cualquier otro serviría igual.
También en la noticia, muy purista, se cuela un “qué” sin tilde que debería llevarla. Por lo dicho anteriormente, el corrector de Word no hace milagros y no distingue entre “qué” y “que”. Para él ambos están bien escritos. Y es que los ordenadores son lo más extraordinario pero también lo más torpe que existe. Sólo saben hacer lo que en realidad se les manda hacer. El factor humano interviene posteriormente… si es capaz o tiene el tiempo y/o la preparación suficiente para intervenir.
¡Y nos quejamos de que en España se lee poco! Yo creo que aún se lee menos de lo que las estadísticas dicen. Si así no fuera, otro gallo cantaría.

Nota final. Todo esto lo escribo en honor a la libertad de erección, perdón, de expresión.

22.5.08

DIAMANTE NEGRO

En mi época escolar (la época dorada que le llaman) cuando empezaba a leer, uno de los complementos “educativos” que ayudaban al aprendizaje en casa, era el tebeo. Aunque parezca ficción, mi recuerdo de cuándo empecé a leer (entiéndase como “comprensión lógica de lo escrito”) es la de un tebeo de “El cosaco verde”, del cual recuerdo incluso la página y la viñeta. Loco de alegría, con esa alegría inconsciente de la que rebosan los niños, grité…. Lo cual me valió un castigo. Condicionamiento negativo, que no llegó a afectarme en mi afición futura.

Años después recuperé esa colección, busqué la página, la viñeta… ¡y ahí estaba! 40 años después me reencontré con mi pasado, plasmado en las figuritas de un cuento – que así era como los llamábamos entonces -. Un día la pondré aquí, o en otro de mis blog como si de Marcel Proust se tratase, con su madalena, pero más plebeya.

Cuentos, los había de todo tipo y para todos los gustos.

Dejando aparte su incuestionable carga ideológica (al fin y al cabo era una de las formas de que el Régimen llegara a los niños, costumbre que no se ha perdido ni siquiera ahora aunque disfrazada con otros valores) a todos nos llamaba la atención su colorido externo, sus viñetas, las aventuras con las que te sentías más o menos identificado…

Quizás con la madurez, a esos cuadernillos impresos en mal papel, imprentas defectuosas y poco cuidados en su ortografía y sintaxis, he llegado a idealizarlos (no soy el único, “mal de muchos consuelo de tontos”) pero, repasando mis colecciones me encuentro de vez en cuando con casos como éste. A la vista está que los antediluvianos correctores ortográficos de entonces no estaban demasiado perfeccionados. Bueno, es que no existían.

Un ejemplo:

“DIAMANTE NEGRO”. Una serie de aventuras que se editó en 1949 por Ediciones Toray en una serie de 21 tebeos. Llegó a mí a principios de los 60 porque, entonces, las cosas no eran de usar y tirar. Y llegó con todas sus erratas, con sus defectos…

Invito al buen observador a encontrar en la página (en color no, que esa sólo fue la portada del nº 1 de la colección) al menos tres errores.

(Pd/ hace tiempo que no entro en este blog pero, como en los otros, poco a poco se va haciendo camino)