13.4.10

En todos sitios cuecen habas.

Antiguamente existía, en editoriales y prensa escrita, el oficio de corrector. Éste dedicábase a buscar toda falta ortográfica y/o sintáctica para evitar, en lo posible, que viera la luz. A ellos confiaban muchos escritores la buena ortografía de sus libros y cuando aparecía alguna errata, siempre se achacaba a los "duendes de la imprenta", que al parecer estaban por encima de los correctores.
Actualmente dicho oficio casi ha desaparecido.
Muchos escritores y redactores confían más en los correctores ortográficos de sus procesadores de texto que en la vista y el criterio de aquellos maestros antiguos. Como consecuencia, y en proporción directa, aumentan los errores, erratas y faltas de los nuevos (o no tan nuevos) escritores, autosuficientes y defensores a ultranza de las nuevas tecnologías. Y es que las prisas, la confianza y la creencia de que un PC es infalible, pueden ser malas compañeras de viaje.

Hay una obra, "de la más rabiosa actualidad" nacida hace pocos meses y que, puedo asegurarles, no muerde. Se trata de la "Nueva Gramática de la lengua española", en dos tomos de unas 2.000 pp c/u, que puede ser una maravilla y que deberían consultar de vez en cuando los egregios citados anteriormente.

Bueno, pues en su tomo I, capítulo 14.2h ("Formas del artículo determinado (I) Distribución de variantes") pg. 1033, vienen a explicarlo diáfanamente. Recomiendo de nuevo su consulta y aclaro que tanto el color de las hojas, blanco crema, como su suave tacto entre los dedos ya son de por sí un placer. Pruébenlo, en serio.

En resumidas se viene a decir algo que ya sabíamos pero con palabras más doctas: que cuando un sustantivo comienza por /a/ tónica (en este caso, también con la h muda), si es femenino, la antigua forma bisilábica femenina /ela/ se funde con la /a/ inicial del sustantivo resultando "el águila", "el agua"... Así, con razones morfofonológicas, se evita la cacofonía.

No obstante, cuando entre el artículo y el sustantivo se intercala un adjetivo, el primero vuelve a recuperar su género habitual.

Los ejemplos a continuación ilustrar los dos errores más comunes.

¡Ah!, se me olvidaba. Si bien un diario es de tirada comarcal (el segundo), el primero es de tirada nacional y muy conocido. Y es que en todos sitios cuecen habas.