17.9.08

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES...



Hermosa construcción que evoca, en cualquiera, tiempos de represión, de silencio forzado, de dictaduras más o menos cercanas…
Personalmente opino (libertad de expresión, desde ahora L.E.) que la L.E. no ha existido nunca. Ni siquiera ahora. Intereses económicos, sociales, culturales o de cualquier otro tipo abocan al que escribe a ceñirse a unas normas (escritas, contractuales, “de boquilla”, de “tú ya me entiendes”), que hacen de la L.E. una utopía.
Pero la L.E. no está reñida con la gramática ni con el buen gusto.
Sucede, sin embargo, que los periódicos, con sus chascarrillos, anécdotas y meteduras de pata son una fuente inagotable de ejemplos en los que la gramática brilla por su ausencia. No es eso todo lo malo. Si sólo brillara por esa razón sería aún mejor que el ser destacables por sus errores. Fallos que demuestran que, muchas veces, hay una falta de formación en los equipos de redacción que dan ganas de llorar. Y es que aunque los correctores de textos de los programas informáticos son útiles, no son, sin embargo, la única medicina para el hueco cultural. Para eso existe lo que se llama leer mucho, los diccionarios (etimológicos sobre todo, puesto que si sabemos de dónde procede una palabra estaremos en condiciones de aplicarla en su más exacto sentido en el momento en que se precise) y cuantas obras, ensayos,novelas... sean necesarias para ello.
Y es que las generaciones LOGSE están ya en la calle, en el mercado laboral, en el paro, en el subempleo, en las redacciones de los periódicos, en las escuelas como maestros... ¡ufff, qué agobio!
En esta noticia, extraída de un diario local, podemos admirarnos de la fabulosa ERECCIÓN de un monumento. Y es que a mí se me llenaría la boca de risa si dijese en mi lugar de trabajo “Vamos a proceder a la erección de …” en lugar de “Vamos a proceder a erigir…”
Y es que los tiempos cambian. Y lo que antes podía ser procedente ahora quizás no lo sea puesto que puede haberse limitado su uso a ciertas acciones, eliminándose su uso de otras.
Así, antiguamente “erección” era simplemente la acción de levantar. Pero cuando entra el factor fisiología, pues… (“acción por la cual ciertas partes blandas se ponen rígidas, y así decimos: la ERECCIÓN del miembro viril”)… pues como que no pega.
Etimológicamente ERECCIÓN, en femenino procede del latín “erectio”, forma sustantiva abstracta de “erectus”.
Su alternativa, más afortunada en ciertos casos, ERIGIR, es un verbo activo “fundar, instituir o levantar; como ERIGIR un templo, una estatua, etc.”. Etimológicamente del latín “erigere” de “e” por “ex”, fuera, y “regere” regir. Carlos III erigió la puerta de Alcalá y fundó o instituyó o estableció las colonias de Sierra Morena.
(Toda esta explicación la obtengo del “Diccionario General Etimológico” de R. Barcía. Seix (editor). Barcelona. Tomo II). Yo lo tengo en casa, pero cualquier otro serviría igual.
También en la noticia, muy purista, se cuela un “qué” sin tilde que debería llevarla. Por lo dicho anteriormente, el corrector de Word no hace milagros y no distingue entre “qué” y “que”. Para él ambos están bien escritos. Y es que los ordenadores son lo más extraordinario pero también lo más torpe que existe. Sólo saben hacer lo que en realidad se les manda hacer. El factor humano interviene posteriormente… si es capaz o tiene el tiempo y/o la preparación suficiente para intervenir.
¡Y nos quejamos de que en España se lee poco! Yo creo que aún se lee menos de lo que las estadísticas dicen. Si así no fuera, otro gallo cantaría.

Nota final. Todo esto lo escribo en honor a la libertad de erección, perdón, de expresión.